El arcángel Gabriel va a ver al Señor y le dice 'Tengo que hablar contigo. - Hay dominicanos aquí que están causando muchos problemas... -A ver, empieza a contar-- dice el Señor. -Mira, se subieron en la reja de la entrada y se están meciendo sobre ella como si fuera un columpio; mi trompeta ha desaparecido misteriosamente, aunque a rato la oigo sonar en la lejanía con un ritmo pegajoso, pero demasiado alborotado. Además, tienen las túnicas salpicadas de arroz con habichuela y café con leche; han subido a sus perros en las carrozas celestiales y los alimentan con salami; se han quitado las aureolas y andan con gorras de peloteros o sombreros de pajilla. No quieren barrer las escaleras del cielo y se ponen a bailar con las escobas; el suelo de la cocina está lleno de semillas de china, salpicaduras de frito y cáscara de mango. Y, como si fuera poco, están organizando peleas de gallos en las nubes y andan volando por ahí con una sola ala y diciendo: '¡Me la comí, tigre, si muevo